Debido a los devastadores efectos que el jet-lag y la fiebre resultado de la gripe ¿A? están ejerciendo en mi, llevo toda la noche sin poder dormir. La banda sonora de Dr. Horrible’s Sing-Along Blog retumba en mi cabeza y, por mucho que me guste como canta la pista 5 (A man’s gotta do) Neil Patrick Harris, el estribillo me empieza a rechinar. Producto de mi hiperactividad cerebral se me están ocurriendo algunos posts, así que he encendido el ordenador por séptima octava vez esta noche, me he envuelto en la manta que mangué del avión (convenientemente llena de víruses) y me he puesto a teclear. En los altavoces suena Taylor Swift, You belong to me. Llamadme mariquita que me da igual.
Lo primero que ha salido de mi prolífica mente enferma ha sido una carta-protesta a los de WD por la putada que me han hecho con el disco duro. La he pegado al final del post que escribí el sábado. Lo siguiente es esta pequeña reflexión/comparativa sobre Washington DC, una ciudad en la que he vivido bastante y que siempre me deja con sensaciones mixtas.