…a hierro muere.
El Valle de Arán amenaza con independizarse de Cataluña
Y es que el problema de los movimientos independentistas es esto, que al final podríamos acotar hasta el punto de declarar la República Independiente de mi casa y nadie tendría argumentos para contestarme, ¿¿o es que en mi cocina no somos una nación??
En los inicios del Siglo XXI, el independentismo es una ideología muerta. En un mundo en el que la tendencia natural es a ir formando uniones que sobrepasan las fronteras físicas y políticas, querer escindirse es absolutamente ridículo y solo demuestra una cabezonería supina y un amor al aislamiento. Querer escindirse de España con argumentos como los de «nación histórica», «tradiciones propias», y un largo número de etcéteras es, además, una gilipollez. Más que nada porque España es la nación consolidada como tal más antigua de Europa, y eso tumba automáticamente todos los argumentos pasados, presentes y futuros.
Si yo fuera Presidente del Gobierno en un universo paralelo, me gustaría darle la independencia a Cataluña, pero con la condición de que antes me llevo de allí todo lo que se haya construido después de 1512, fecha de la unificación de España. Y cuando digo «me llevo» me refiero a eso, a que me llevo hasta el asfalto. Porque los separatistas catalanes se olvidan de que Cataluña nunca ha sido una nación independiente. Siempre ha dependido del imperio romano, de los visigodos, de Francia o de la corona de Aragón. Pero ellos lo más que han tenido ha sido una agrupación de condados. Por tanto todo lo que hay en Cataluña está pagado con el dinero de todos los españoles.
Y hablo de dinero porque al final es a lo que se reduce este tema, a la pasta. Así, frío y directo. Los separatistas catalanes, vascos, gallegos, canarios, etc pasan olímpicamente de todo esto de «nación histórica», «identidad racial» y demás bulos. Esas son las mentiras que les han metido en la cabeza a los separatistas de a pie, pero en el fondo Joan Laporta&Co. quieren controlar la pasta de los impuestos sin que nadie les ponga límites ni reglas. El problema es que luego quieren que el Barcelona juegue la Liga española, no te jode. Y ya puestos también que la Defensa y las autopistas las pague el Estado Español, y que en las fronteras haya libre circulación de personas y capitales. O sea la ley del embudo, ancho pa mi y estrecho pa los demás.
Ahora a Cataluña le ha salido otra Cataluña y le han crecido los enanos. Resulta que el Valle de Arán (que según los criterios por los que se rige el separatismo catalán también es una nación) dice que hasta aquí, que ellos también tienen lengua y cultura propia y que quieren controlar su propio destino (AKA: money); ¿y qué va a hacer Cataluña? No pueden negarle al Valle de Arán los argumentos que la Generalidad esgrime en Madrid. Me parece que el desenlace de esta historia va a ser, cuando menos, muy interesante.
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Moleskimendi 