Otra obra maestra made in Pixar.
Estos mamoncetes lo han vuelto a hacer. Han vuelto a clavar una película y a asegurarse las alabanzas unánimes de público y crítica durante los próximos 12 meses. Hasta que saquen otra maravilla, vamos. Yo no puedo si no bendecir a Steve Jobs por haber apostado por este pequeño estudio de animación hasta llevarlo a lo más alto del séptimo arte.
Podría decirse que las películas de Pixar se dividen en dos categorías; las que me hacen reir y las que me hacen llorar. Mientras que la mayoría (Toy Story, Monstruos SA, Cars, Los Increíbles, Ratatouille…) están en la primera categoría, sólo hay unas pocas que me hagan llorar. La veda lacrimógena la abrió Buscando a Nemo, un peliculón que lo tenía todo, incluyendo una maravillosa banda sonora firmada por mi predilecto Thomas Newman. Después llegó WALL·E, que puso el listón en las estrellas. Ahora UP sujeta ese listón con millones de globos para elevarlo aún más.
No es posible describir esta película con palabras, no puedo ni resumir el argumento. Recuerdo cuando se estrenó Matrix, que todos los anuncios eran del tipo «No podemos explicar qué es Matrix, tendrás que verlo por ti mismo»; esto es igual. Podría escribir unas cuantas líneas sobre la historia, pero no conseguiría transmitir ni un átomo de las emociones que se experimentan al ver la película.
UP, de una hora y tres cuartos de duración, encandila desde el primer fotograma. Es una historia que lo tiene todo. Tiene amor, tiene aventuras, tiene humor y tiene suspense. No creo que hubiese nadie en la sala que no estuviese absolutamente sobrecogido durante los 104 minutos de proyección. La película, sin ser un prodigio técnico, demuestra con creces que la animación no es sólo un juego de niños. UP no hubiera sido lo mismo si se hubiera filmado en carne y hueso, creo que sólo los trazos de un lápiz (digital) pueden transmitir tanto con tan poco.
Mención aparte para la banda sonora, excelente y apropiada en todos los momentos. Aunque no tiene la importancia que tenía en WALL·E ni la profundidad de los acordes de Buscando a Nemo no cabe duda de que estos yanquis saben que la música es la mitad de una película, y que una banda sonora bien compuesta es la guinda de la excelencia cinematográfica.
Hace tiempo me prometí verla en la noche del estreno, como hice con WALL·E, no quería leer niguna crítica positiva ni negativa, así que llevo varias semanas evitando los periódicos anglosajones. Me habría gustado verla en VO y 3D, pero en Madrid eso es como pedir que Gallardón no haga obras, así que como iba con la Cuqui, que se pierde en los subtítulos, decidí ir a verla en español en 3D. El punto negativo es que yo creo que esto del 3D es una chorrada que se han sacado los estudios de la manga para cobrarnos más y protegerse contra la piratería, porque yo no noté nada extraordinario. Si acaso la incomodidad de las gafas y la reducción de la anchura de la proyección. También me gustaría saber si las gafas luego se tiran, se reciclan, se reusan o qué, porque tanto plástico no puede ser bueno para el medio ambiente.
La única decepción de la noche fue que no se proyectase el corto previo al que nos tiene acostumbrados Pixar. En esta ocasión se trataba de Partly Cloudy, que yo ya había visto en la web pero que me hacía ilusión verlo en la gran pantalla. Espero que cuando la revea en VO pueda disfrutar de esos 6 minutos de ilusión.
En conclusión, es obligado ir a verla, ya que nadie quedará indiferente. Al que no le guste le garantizo la devolución de su entrada.
UP es arte a 24 fotográmas por segundo.
Moleskimendi 